sábado, 31 de julio de 2010

¿AQUÍ TAMBIÉN HAY CAZA...?

Salí a pasear con Ikatz. Otro momento, otro comentario.

Como me suele ocurrir, cada vez con una frecuencia mayor, Ikatz (tan negrillo él, con ese blanco en la punta del rabo, pecho, algunos dedos y una lágrima entre el cuello y la cabeza) llama la atención por galgo y por color, y no es raro que alguien haga algún comentario sobre él.

Salía de su furgoneta un señor cuando, parado y con la puerta aún abierta, me llamó:
- ¡Eh! Pero, ¿aquí también hay caza...?
- No, no... bueno, no lo sé de fijo, pero éste no es para cazar.
- ¡¡Ah!!

No me extrañaba su pregunta. Total, tenemos muy bien aprendido y metido en la cabeza que cada cosa que existe bajo el cielo tiene un fin, y solo ese fin: si es galgo, o caza liebres o corre en las carreras; si es un cerdillo, para jamones y carne; si es gallina, para huevos o caldo; si es conejo, para guiso; si es vaca, para leche y carne; si es toro... si es toro para morir en una plaza... Y así nos luce el pelo.

Ikatz ha nacido con suerte: no tendrá que cazar liebres para que le queramos a nuestro lado, ni ganar carreras para comer. Tampoco acabará colgado o abandonado, o muerto en una cuneta. Le queremos porque es él, sin más. Le exigimos respeto, buen trato y cariño, sin más. Le damos los cuidados que precisa, sin más. Y sin más esperamos que viva mucho tiempo con nosotros, sin cazar ni ganar carreras, aunque sea un galgo.

Y, por cierto, felicidades a Catalunya por haber decidido que los toros de lidia no tienen que morir de forma tan brutal en una plaza para pasatiempos de la "humanidad". ZORIONAK!!!

sábado, 24 de julio de 2010

YO TAMBIÉN TUVE UNO...

A menudo, paseando los dos por Barakaldo, se me acerca una persona mayor y, tras mirar un buen rato a Ikatz, me comenta: "Yo también tuve uno..." Y ese es el principio de una historia que se suele repetir: su pueblo, la caza, la bondad de su carácter,... El correr en libertad, el cortar el aire, el zigzaguear entre árboles y matorrales,...
Esta última semana, estando en Trespaderne, tuvo la posibilidad de desahogarse un poco al lado del río, en la chopera. Intente captar algo de su entusiasmo, reconozco que no con mucha destreza. La próxima vez intentaré ser un poco más fino.



A veces, muchas por desgracia, la charla suele acabar con un "no entiendo por qué les hacen esas barbaridades, por qué les cuelgan o les matan, y encima de esa forma tan brutal.
¿Alguien sabría decirme un por qué? Solo uno, si existe... Es la demostración más clara de que humano y humanidad son dos palabras con distinta raiz, la primera deriva de una categoría animal en un estadio evolutivo X; la segunda es una cualidad que se le supone al humano, como de bondad, de sensibilidad, de positivo, pero que no siempre se relaciona con el mismo.

Un ejemplo gráfico: las patas de Martín. Debo suponer que este feroz animal de largos caninos, en un ataque de animalidad extrema, intentó acabar con la vida de sus cuidadores; y estos, con gran dolor de sus corazones, se vieron obligados a defenderse sujetándole las garras con lo primero que tuvieron a mano.






No sé por qué, pero no me creo que la historia fuese así...

Un ejemplo oral: Ayer, bajando de Trespaderne a Noja, decidimos parar en Torrelavega (¡vaya vuelta!) para comprar alguna cosilla. Dejamos el coche aparcado y, mientras Encarni hacía las compras, yo me dediqué a dar unas vueltas con Ikatz. Cuando ya estábamos en el coche, a la espera de la compradora, se nos acercó un joven (mucho más que yo, al menos) preguntando si había posibilidad de cruzar a Ikatz con una galga suya, atigrada, de unos 3 años. Después de la clásica explicación de "es muy joven, solo tiene 10 meses, además dentro de nada ya no va a poder...", comenzamos a hablar de la asociación, de los paseos mensuales, de los galgos y su comportamiento, de su bondad, de su "humanidad" (no en ser humanos). Y me comentó cómo llegó a sus manos la galguita. Curioso, la historia se repite. En su caso, circulaba con su coche detrás de una furgoneta cuando, para su asombro, la puerta corredera lateral se abre y un algo (en este caso un perro) sale despedido a la cuneta. Como si fuera un saco de basura, como si se tratara de una porquería de la que hay que deshacerse, ¡zas!... a la calle. Paró el coche, se acerco y vió un panorama desolador: una galguita con la punta de la cola rota, una herida profunda y larga en la zona inguinal, una costilla rota, varias heridas en todo el cuerpo,... vamos, una verdadera pena. La recogió y la llevó al veterinario. A partir de ahí, un largo tiempo de cuidados, preocupaciones y recuperación. Hoy en día es la alegría de su casa, junto a la golden retriever: cada una con su carácter, con sus gracias y sus manías, cada una como es ella en realidad.
Supongo, y vuelve a ser una suposición casi-seguramente irreal, que la galguita fue expulsada de la furgoneta al estilo rambo, con una colosal patada en las costillas, porque se lanzó a atacar a la familia que iba dentro. Como un asersino (ser asesino) se lanzó al cuello de los cariñosos humanos (especie animal) y estos, tras una feroz contienda, lograron abrir la puerta de su coche y librarse de él para siempre. THE END. Final feliz de película americana. Triste final para otro galgo... Esta tuvo suerte... y un humano con humanidad.
Y por suerte hay muchos y muchas.

miércoles, 21 de julio de 2010

LA PRIMERA VEZ

Teníamos dudas del resultado final, pero este fin de semana se nos ha resuelto el dilema. Sí, ya sé que el fin de semana no llega hasta el miércoles, pero en verano los fines de semana pueden ser muuuyyyyyy largos.
Al grano. Este sábado pasado teníamos una boda y nuestro gran interrogante era ¿Qué hará Ikatz este sábado en Trespaderne y sin estar nosotros? ¿Cómo se portará? Pues nada, duda resuelta. Es la primera vez que está todo un día sin nosotros dos, madre y padre adoptados (la "hermana" adoptada lleva casi un mes zanganeando, ¡uy,perdón!, estudiando en Barcelona) y me da la sensación por los informes recibidos que ha estado más feliz que otra cosa. ¡Qué fresco! Y nosotros preocupados...

Vamos, que el dueño del sofá siguió como si nada. ¡¡Vaya morro!!

Y hablando de morro, y siguiendo con el paseo de junio, morros y muchos se vieron en el mismo. Lo digo por los galgos, claro, cánidos de morro afilado...










Todos tienen un morro fino... hasta Txula, y eso que parece tan formalita. Da igual la raza, el color o la altura.
Moooooooo
rrrrr rrrrr
ooooooooo!!!

Pero debajo de ese pelaje y esas formas (incluso de esas enormes ganas de jugar y "mordisquitos para ver si te animas tú también"), llevan un ENORME corazón, incapaces de hacer daño y con más ganas de dar y recibir cariño, que de cualquier otra cosa. Ahí, todavía, tenemos mucho que aprender, nos llevan mucha ventaja a los humanos. Pero eso es cosa para otro rato.

martes, 13 de julio de 2010

POCO A POCO

Bueno, esto parece que va marchando, y vamos a tocar madera por si acaso... Ikatz va saliendo de su gastroenteritis y empieza a ser el Ikatz que conocíamos. Se había vuelto más tristón, más apagado en su mirada, más pasivo en sus paseos (o sea, que había que ir tirando de él, casi a rastras). Infelices de nosotros, pensamos en un momento que esos cambios se debían también a que ya, con nueve meses, a punto de diez, se iba haciendo más adulto, más maduro, más reposado... ¡¡¡JA!!! Ahora que está volviendo a la "normalidad" vemos que aquello era un espejismo producido por su tripita. En fin, seguro que con el tiempo se irá calmado... O eso esperamos.

Bueno y aquí está en una de sus últimas fotos. ¡Cómo ha cambiado! Tengo que preparar una secuencia de fotos desde el primer día que lo recogimos hasta el momento actual. Estando con él no se nota tanto, pero ¡¡¡cómo ha cambiado...!!!

En fin, ahí está con su pose de (sin)vergüenza, mirando desde abajo, como con timidez. Pues no. Cuando mira así está preparando alguna, seguro, y pone carita de pena, como de no haber roto un plato en su vida...

Aunque ya sé que no es solo cosa de Ikatz, porque si algo se ve en los paseos mensuales es la cara de buenazos que tienen todos (¡vaya forma de unir lo uno con lo otro! ¡soy un genio!). Como ya comentamos, el paseo comienza en el Puppy. Yo casi siempre llego tarde, con lo cual el primer contacto,. con suerte, es en las escaleras de bajada hacia la ría. Ahí ya se ve el desfile de lebreles y otros cánidos, cada cual con su paso y su estilo, pero todos con cara de buenos y en amena tertulia.

Así que con tanta conversación el camino se alaaaaaaarrrrgggaaaaaa. Pero lo importante no es hacer el camino en sí (no es una carrera), sino disfrutar cada paso con quienes tenemos al lado. Y para muestra algún botón...








Así hasta la foto de grupo, a la altura de la araña, poco más o menos:


Y no hemos llegado ni a la mitad del camino.

miércoles, 7 de julio de 2010

Hacía mucho ya...

Hacía mucho ya que no movíamos el blog de Ikatz. Es lo de siempre: la falta de tiempo. Pero como ya estamos en verano y podemos disfrutar de un poco más de tiempo libre, vamos a aprovechar para contar un poco más de este sinver... cariñoso. Así que partimos del paseo del útimo domingo de junio para ir comentando algo y poner fotos de Ikatz o de sus amiguetes/as.



La verdad es que salir el último domingo de cada mes a dar una vuelta desde el "Puppy" del Guggenheim hasta El Arenal (todo ello en Bilbao, ¡claro!) nos da la oportunidad de vernos y comentar la marcha de nuestros "monstruitos": este no para de dormir... pues este ha alargado los dientes y hay que reñirle de vez en cuando... esta, sin embargo, parece que se ha puesto las pilas... ¡cómo ha crecido, madre!...
Aprovechamos el paseo para ir disfrutando de todo lo que encontramos en el camino. Y puesto que es a la orilla de la ría Ibaizabal-Nerbioi, qué menos que disfrutar del entrenamiento de una trainera

, de la imaginación burbujeante de Anish Kapoor en el Guggenheim
o de la transparencia del Zubizuri uniendo las dos márgenes de la ría, abriendo la margen izquierda con la Isozaki Atea
.
Así que después de descansar en mayo (más que nada porque Ikatz seguía con una gastroenteritis de caballo, o de galgo, que viene a ser lo mismo) nos sentó de maravilla dar el paseo, saludar a los amigos/as y sus dueños/as, charlar un rato y acabar comiendo todos juntos en un restaurante al lado del frontón.
Y esto solo es el principio. Aviso.