Todo no va a ser llorar, claro. El verano da mucho de sí: los días son largos, las noches aunque cortas parecen alargarse para divertirte-pasear-dormir,... ¡Que poco nos queda ya!
Pues eso, nos ha dado tiempo a ir de paseo, descansar y disfrutar de las flores y árboles,
saludar a otros animales (caballos, vacas y ovejas) que encuentramos por el camino,
visitar monumentos del pre-románico en Oviedo como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo,
la catedral de Oviedo o beber agua en la Foncalada (lujo de la Alta Edad Media), ...
Y aún así nos ha quedado tiempo para posar un rato
o correr arriba y abajo por las cuestas del area recreativa de Suares.
Incluso de posar frente a la puerta de la casa en la estuvimos tan bien estos cinco días, "El Ñeru", antes de salir de Asturias rumbo a Noja.
Hasta dentro de nada, que me voy de viaje.
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Pero bueno! qué vacaciones! no le ha faltado nada por conocer!
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